RELOJES QUE NOS GUSTAN
Reloj icónico dentro de los cronógrafos de ZENITH, producido entre finales de 1971 y 1975. Emplea el calibre El Primero 3019 PHC a 36.000 alternancias, y fueron producidas no más de 2.500 unidades, con ligeras variaciones, principalmente el bisel de diver (regulado de 5 a 55) o el bisel de aviación (regulado de 1 a 12) y el dial, que se ofrecía en negro o gris grafito. Se trata de un cronógrafo con un aire setentero, de tamaño grande entre los grandes cronógrafos de la época ya que cuenta con una caja de 44 milímetros (en una época en la que 40 mm era considerado muy grande) y 13,9 milímetros de grosor, aunque es muy confortable en la muñeca gracias a su caja tonneau. Se trata de un auténtico tool watch para inmersión o aviación, que añade un cronógrafo, con marcadores para minutos, segundos y 1/5 de segundo, y una escala taquimétrica, además de la fecha a las cuatro y media. El calibre El Primero 3019 PHC introducido el 10 de Enero de 1969 causó en su momento un gran impacto, puesto que además de ser el primero en ser automático, y demostrar una altísima fiabilidad en el tiempo, funciona a 36.000 alternancias por hora, mientras que sus competidores de la época se quedaban en 19.800 alternancias: Heuer, Breitling, Hamilton-Buren, Dubois-Depraz, ofreciendo una precisión de 1/10 de segundo.
Presentado en una condición excelente, presenta todos sus elementos de origen: el dial en perfecto estado, con el tritio de color vainilla sobre fondo negro mate, agujas con tritio a juego, el bisel taquimétrico interior, que ha perdido una parte de los números, el bisel original de Bakelita, operable perfectamente, la caja en excelente estado sin grandes marcas, y el brazalete original. También el calibre funciona perfectamente, tanto en precisión, como el cronógrafo, sin necesidad de servicio hasta pasados dos o tres años. Ahora tienes la oportunidad de adquirir este ZENITH Pilot fue un adelantado a su tiempo, que por su enorme tamaño, y su elevado precio, no tuvo tanto éxito como sus competidores (Omega Speedmaster o Breitling Navitimer, por ejemplo), y esto lo hace menos conocido pero no por ello, menos icónico.